Resistiendo al olvido / 30 años de la masacre estudiantil del 84
Este Viernes 16 de mayo se cumplen 30 años de la masacre estudiantil ocurrida en la Universidad Nacional en 1984
CONVERSATORIO: Resistiendo al olvido, a 30 años de la masacre estudiantil
Lugar: Auditorio Camilo Torres, Universidad Nacional
15 de Mayo 6:00 PM
Les invitamos a conversar sobre los hechos de ese día.
JORNADA CULTURAL: 16 de Mayo en la Plaza Ché
- Toque, estaremos con:
"Cómo me dijo", música Andina y Quirón Rap Libertario...
-Estampado ¡Trae tu camiseta!
-Graffiti:
*Paraiso Callejero-Crimental 1984 * Trace-Putos Perros y TRZ Stencil
La verdad de una masacre (1 )
La muerte de Chucho2 no
podía quedar impune como tantas [...] En este país a la gente no sólo la matan
en las universidades; también en un callejón oscuro; la dinamitan amarrada a un
poste en un barrio popular, o amanece tirada, amordazada, en cualquier potrero.
Alberto Álava fue asesinado en la puerta de su casa; los hermanos García y los
hermanos Sanjuán no se sabe dónde [...]. Algunos decidieron realizar un acto
político para reivindicar su lucha, su vida.
Ese 16 amaneció triste, en
los ojos llanto, en los pechos ira, al llegar a desayunar en cada mesa un poema
y una flor, el uno por la ira, el otro por el llanto, y unos ojos que nos
miran, nos vigilan, son muchos ojos que allanan nuestra cotidianidad; al salir
de la cafetería, una compañera me abraza y llora: era su mejor amigo, hacía tan
poco que habían hablado, cuántas cosas construyeron, cuántas discusiones,
cuántas sonrisas.
10 a.m.: Plaza Che
Guevara. Algunas pancartas con la imagen del compañero, del amigo, del hermano,
y un poema que intenta recoger sus luchas; el acto político de homenaje se
desenvuelve entre poemas, música y recuerdos; cada estudiante se pregunta por
qué ante estos crímenes nadie dice nada, alguien dice no saber nada, por qué la
prensa calla, por qué la muerte de un obrero, de un campesino, de un maestro,
de un estudiante, no son importantes para los jueces, procuradores, ministros,
presidentes? Y el acto no era suficiente; para otros, la reivindicación se daba
en otros términos, en la calle, para que la gente supiera que sus ojos no
quieren seguir viendo que corre la sangre del pueblo.
2 p.m.: Plaza Che. Un bus
quemado, testimonio de la lucha contra el TSS, el IVA, la tortura, el
asesinato. En la Calle 26 se escuchan tiros dirigidos a compañeros que paraban
un bus. Los tiros se siguen escuchando. En la entrada, unos estudiantes lanzan
piedras contra el piquete que había disparado. Vuelven a disparar. La gente se
tira al piso. “Veo un policía guardando un revólver plateado en la cintura.
Ellos ganan la malla y siguen disparando indiscriminadamente, al lado izquierdo
un compañero se acerca a la malla, se escucha un disparo, el compa cae al piso.
No puedo creer que le hayan disparado a quemarropa, el compañero se retuerce en
el piso, al voltearse veo que emana sangre de su estómago, unos muchachos lo
alzan de pies y manos, lo llevan a Bienestar”.
¿Quién dio la orden de
llegar disparando y tirar a matar? Le dan a otro compañero en la pierna. Los
testimonios se repiten, la Procuraduría sabe pero... nada. Una persona con
capucha dispara desde el interior de la U, cosa que nos sorprende. Suena una
explosión cerca de la policía y ésta entra disparando […] Los estudiantes
corren.
El tipo que había
disparado desde la U se quita la capucha y empieza a disparar hacía los
estudiantes (elementos extraños a la Universidad) mientras los estudiantes
corren a refugiarse. Cae un compañero, otro; los compañeros van cayendo. “Un
compañero de camiseta verde corre, un policía le dispara una, otra vez, no le
da, vuelve a dispararle una y otra vez, como tirando al blanco, hasta que el
compañero cae. No sé qué pasará con él, pues tuve que salir corriendo, pues los
policías y algunos civiles (policías de civil) ya estaban muy cerca de
nosotros”. Peor que entrar disparando, entrar como en una cacería hasta que la
presa caiga. Es la policía ‘profesional’ con que cuenta esta adolorida patria.
Detrás de la ‘disponible’ entra la patrulla motorizada (y si mi general Delgado
Mallarino y mi general Vargas Villegas no lo creen, ahí están las fotos) en un
número aproximadamente de 10. Por la Calle 45 entra otro grupo, impidiendo la
salida de estudiantes. Es de anotar que dichos motorizados venían sin su
acostumbrado chaleco naranja, tal vez para evitar que fuera reconocido su número,
pero algunos compas alcanzan a ver el 00 (cero cero) en el casco de algunos, y,
como si esto fuera poco, luego mandan entrar al GOES, con su característico
uniforme oscuro, siendo esto lo único que reconoce mi general.
Como si fuera un safari,
la policía entra a llevarse los cuerpos de los compañeros asesinados por la
espalda, a sangre fría (si es que la tienen), a rematar a los heridos. “Vi caer
estudiantes heridos cuando corrían hacia residencias femeninas. Cerca de
Agronomía, la policía apaleó a alguien y luego de golpearla durante casi un
minuto le dieron un tiro” (El Socialista, mayo 24, p. 2) (...).
“Hacia las tres de la
tarde de ayer corrían dos estudiantes en medio del pánico general que cundía en
la U. Buscaban un sitio de protección y detrás de ellos un piquete de
uniformados y tres civiles dispararon a quemarropa a un estudiante que huía. El
acompañante de éste, ante tal escena, se detuvo con las manos en alto. Fue
aprehendido de inmediato por los mismos policías y golpeado brutalmente. Luego
lo obligaron a cargar el cuerpo de su compañero abaleado y lo guiaron hacia la
jaula a punta de bolillo. La policía, al levantar el cuerpo del abaleado, le
puso en el rostro una capucha del M-19 que la propia policía portaba. Esto fue
presenciado por aproximadamente unas 50 personas que a esa hora se escondían en
Sociología” (Del comunicado de Odontología, firmado por un grupo de
estudiantes)3.
“En vista de mi impotencia
para salir corriendo, por una enfermedad que me postró en muletas hace muchos
años, opté por tirarme al piso para huir de las balas y logré arrastrarme por
el suelo hasta ampararme detrás de una banca de cemento. Quedé como a tres
metros de la puerta de acceso a la residencia4 y fue cuando pude escuchar la
forma tan violenta como la policía atacaba a los residentes que allí se
encontraban. Entraron, según el estruendo que se oían, destruyendo todo,
puertas, objetos, y sacando a bolillazos a quienes encontraron a su paso en
aquellas piezas. Pude escuchar cuando un militar ordenaba que sacaran ‘a todos
esos H.P.’ de allí, y también pude oír cómo al poco tiempo ordenaron que
desalojaran la U... Pero la calma no reinó porque momentos después penetraron
personas que supongo pertenezcan a organismos secretos del Estado portando
pistolas pequeñas, agarrando estudiantes y entregándolos a la fuerza disponible
que estaba a la entrada de la 26” (...).
“Recibí el puesto de
vigilancia de residencias femeninas a Luis R. sin novedad [...] A las 2:30 la
fuerza pública destruyó los vidrios... Luego de los acontecimientos hice un
recorrido minucioso en todos los pisos, encontrando las siguientes
habitaciones, donde rompieron las chapas: 2069-2067-2018-3038-2034-2033. Las
rompió la policía de civil que entró rompiendo la puerta principal con las
motos”.
“Vimos cuando unos
hombres, casi todos de negro y vestidos deportivamente, entraban armados a
residencias femeninas y oímos que golpeaban las puertas y rompían las chapas.
Tumbamos las camas y trancamos la puerta, nos encerramos en los armarios.
Cuando dejamos de oír ruidos nos asomamos, vimos cuando sacaban encañonadas a
varias compañeras”./ “Reconocimos a uno con buzo azul que en la pedrea estaba
entre los estudiantes y ahora llevaba un arma apuntándole a una compañera”
[...]./ “Un compañero no pudo correr más, lo cogieron y lo tiraron al suelo, le
daban patada y bolillo, se le paraban encima y llegó un negro de amarillo y
negro (camiseta de rayas) y le dio dos disparos. Gritamos que no lo mataran. Lo
llevaron a rastras. No volvimos a verlo” (...).
Otros testimonios
Los abajo firmantes,
trabajadores del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, a continuación relatamos
los hechos ocurridos el miércoles 16 de los corrientes a eso de las 2:30 a 3:30
p.m.
“En vista de que se oían
disparos en el interior de la UN, desde las ventanas del Instituto vimos a un
grupo de estudiantes desprovistos de capuchas que se disponían a abandonar los
predios por la Calle 47. Cuando ya ganaban la puerta, fueron arremetidos a bala
por un grupo de uniformados de negro y policías antimotín que golpeaban
indiscriminadamente a los presentes. Se les condujo a unos carros por los
uniformados de negro. La policía antimotín penetró en la U” (...).
“Pude ver cómo entraron a
la U unos civiles que más tarde volvieron a salir con seis estudiantes,
mujeres, quienes iban plenamente identificables, sin ninguna clase de capucha,
y las metieron en una jaula. También metían a otros de los que estaban allí mirando,
diciéndoles: ¿Usted es de la Nacional? ¡Camine! y los encañonaban”.
“Lo agarraron a bolillazos
y patadas. Luego lo cogieron por la parte trasera de la pretina del pantalón y
lo levantaron sin que el muchacho reaccionara. Mientras tanto, por la avenida
venía un civil negro que vestía chaqueta terracota y bluyín junto con otros
uniformados. Sacó un revólver o pistola y se acercó al muchacho que estaba
caído en el césped y le disparó” (...)5.
1. Documento publicado en el periódico 16 de
Mayo: año 1, Nº 1, julio de 1984. Retomado en revista Suversión N° 563 (1),
septiembre de 1993, Bogotá. Editado.
2. Se refiere a la muerte de Jesús Humberto
León Patiño, de sexto semestre de Odontología, torturado y asesinado en Cali el
9 de mayo de 1984 (NE).
3. Éste, al igual que los testimonios que
siguen, fueron firmados y muchos llevan como identificación nombre y cédula.
Para esta transcripción, hemos omitido estos nombres por considerar innecesaria
su publicación (NE).
4. Estas residencias estudiantiles ocupaban
lo que hoy es el edificio Antonio Nariño. Las residencias femeninas estaban en
el edificio Manuel Ancízar (NE).
5. Si bien se ha respetado al máximo la
publicación original, se ha hecho una edición para facilitar la comprensión de
los testimonios, y se corrigió uno que otro error de tipografía (en especial
adiciones o ausencias de letras en palabras).
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