Esclareciendo la muerte de Alfredo
Dieciocho años le tomó a la familia Sierra Castilla resolver el caso de su hijo. El Ejército deberá pedir perdón públicamente
El Ejército no sólo es responsable de la muerte de un hombre llamado Alfredo Sierra Castilla. Y no sólo tendrá que pagarles a su madre, sus ocho hermanos y su hijo una indemnización por haberlo asesinado. El Ejército, en una determinación sin precedentes en relación con los ‘falsos positivos’, tendrá que publicar en un medio de circulación nacional y en otro de circulación departamental una “reseña extensa” en la que se cuenten las verdaderas circunstancias en las que murió este hombre y, además, en esa misma publicación, deberá pedir perdón a su familia por el crimen que, el 24 de mayo de 1994, cometieron tropas del batallón Rifles Nº 29 en NechÃ, Antioquia.
Asà lo determinó el Consejo de Estado en un fallo divulgado hace unas semanas, contrariando la decisión que el Tribunal Administrativo de Antioquia habÃa tomado a finales de los noventa. El tribunal habÃa aceptado como ciertas las conclusiones de la investigación de la justicia penal militar: que el Ejército no raptó a Sierra Castillo; que sà hubo enfrentamiento entre él, como el subversivo que era, y las tropas del batallón; que el informe presentado dos dÃas después de su muerte por el entonces teniente José Mauricio Sanabria era verÃdico; que los soldados dieron de baja, en medio de un ataque, a unos “bandoleros”, “antisociales” y “facinerosos”.
Las inconsistencias entre las evidencias y el fallo del tribunal, sin embargo, llevaron al Consejo de Estado a revisar el caso a fondo y a encontrar que la muerte de Alfredo Sierra, junto con la de un hombre llamado Jairo Antonio Calis Sajayo, “fue producto de una ejecución extrajudicial cometida por los miembros del Ejército, que pretendieron encubrir su acción delictiva”.
1. El secuestro de Alfredo
2. El plagio de Jairo Antonio
3. Aparecieron
4. Lo que vino después
El alto tribunal descubrió además varias inconsistencias en la versión castrense. Alfredo sostenÃa una subametralladora, pero las pruebas de absorción atómica indicaron que Alfredo nunca disparó el arma. El reporte del teniente Sanabria afirmaba que el combate habÃa tenido lugar en una hacienda llamada Montecristo, pero no existÃa ninguna hacienda llamada asà en el corregimiento de Palomar. “Carece de todo sentido que una persona sea raptada y posteriormente, sin explicación alguna, se informe de su muerte durante un enfrentamiento con la fuerza pública”, señaló el Consejo de Estado.
Esta alta corte tampoco pasó por alto el hecho de que tanto Alfredo como Jairo Antonio vistieran ambos prendas militares y, debajo de éstas, la ropa que usaban en el momento en que fueron sacados de sus casas. “Tampoco se ajusta a la lógica —señalaron los magistrados del caso— que el señor Sierra Castilla adelantara acciones militares sólo con un pantalón camuflado y unas botas, con el torso y espalda desnudos”. Para el Consejo de Estado, la claridad y uniformidad de las declaraciones y los indicios apuntaban a que un crimen habÃa sido cometido por el Ejército, a pesar de que “es deber del Estado garantizar la protección de los ciudadanos”.
Más aún, los magistrados Ruth Stella Correa, Stella Conto DÃaz y Danilo Rojas señalaron su rechazo a “la decisión estatal de sacrificar la vida para mantener el orden o la legalidad mediante el uso de las armas, el cual [no se justifica] como una manera de exterminar a quien se juzga indeseable (...). El derecho a la vida no puede ser reivindicado según el destinatario, pues su respeto debe ser absoluto”. Esta condena contra la Nación habla de indemnizaciones exclusivamente para la familia Sierra Castilla porque fueron ellos, representados por el abogado Javier Villegas, quienes demandaron al Estado.
Este expediente, adelantado por la justicia penal militar —los alcances del fuero militar aún son objeto de un polémico debate en el Congreso—, deberá ser enviado a la FiscalÃa. El Consejo de Estado quiere que se establezca también quiénes fueron los responsables de los asesinatos.
Post a Comment