Testimonios de militares hunden a teniente que violó niñas en Arauca
Los testimonios de los compañeros y subalternos del uniformado serán usados por la Fiscalía.
Los testimonios de sus propios compañeros y subalternos en la Brigada Móvil 5, de Arauca, serán usados por la Fiscalía contra el teniente Raúl Muñoz para demostrar sus misteriosas ausencias en los días y horas en los que fueron agredidas sexualmente dos menores, una de las cuales fue asesinada con sus dos hermanitos hace poco más de un año.El cabo tercero Luis Octavio Cachala dijo en el juicio en contra de Muñoz, en el complejo de Paloquemao en Bogotá, que el 2 de octubre del año pasado, día en el que fue violada la primera víctima, el uniformado se ausentó del campamento con el argumento de que "iba a hacer un registro".
"Salió entre 7 y 8 de la mañana con un radio y lo volví a ver a las 3:30 (p.m.)", relató el suboficial, tras aclarar que en dos ocasiones intentó comunicarse con Muñoz, pero este no contestó. "Cuando salió, tenía el pelo normal, y cuando lo volví a ver se había peluqueado y pidió permiso para bañarse", dijo el cabo.
Esa versión fue ratificada por el cabo Luis Carlos Urdieles, subalterno de Muñoz. "Ese día él me pidió el radio, porque iba a mirar unas cosas y se fue no sé para dónde. Cuando lo volví a ver se estaba peluqueando", dijo el testigo. Agregó que Muñoz tenía unos binóculos.
La Fiscalía tiene en su poder testimonios de los hermanos de la primera víctima, que relatan que el agresor estaba uniformado y tenía un radio y unos binoculares.
De acuerdo con el segundo testigo militar, prosiguieron con las operaciones y se desplazaron a la zona de Caño Temblador, sitio de la segunda violación y de los crímenes. "Allá llegamos el 9 de octubre para abastecernos y pasamos cerca de una casa".
El cabo Carlos Mario Narváez, integrante de la compañía Antorcha Dos, recibió la denuncia de la mamá de la primera menor violada e informó a sus superiores. "Ella me dijo que la niña fue violada a un kilómetro y medio de la posición en la que se encontraba la unidad", admitió. Sostuvo que frente a la denuncia, la instrucción fue "tener cuidado de que el caso no fuera una trampa de la guerrilla".
El 14 de octubre, cuando ocurrió el nuevo crimen (la violación y el asesinato de Yenny Torres, de 14 años; y la muerte de sus dos hermanitos, Jimmy, de 9; y Jefferson, de 6), Muñoz se volvió a ausentar del campamento entre las 12 y las 2 de la tarde, horas en las que, según los peritos de la Fiscalía, se cometió el crimen. "El teniente Muñoz no estaba en el campamento..., yo lo busqué por todas partes y no lo encontré. Después, un centinela me dijo que
había salido", dijo el cabo Cachala.
El cabo Urdieles relató que ese día le llamaron la atención a Muñoz por ausentarse sin permiso. "Cuando volvió estaba mojado, sudado y sucio. Yo le pregunté dónde estaba y me dijo que por ahí cerquita". Agregó que no es normal que en zona roja, como en la que se encontraban, un uniformado saliera solo.
'Sabía que estaban solos'
"Mínimo salíamos de a seis hombres armados y con radios", dijo el cabo. El cabo Narváez señaló que en uno de los registros de la zona, poco antes del brutal crimen, la tropa pasó por la casa de los tres niños asesinados. "En ese sitio estuvimos cinco minutos y ellos nos dijeron que estaban solos porque el papá estaba trabajando y la mamá los había abandonado. Esa novedad se le informó al teniente Muñoz", dijo el testigo.
La defensa del militar cuestionó que la dificultad del terreno no habría permitido al uniformado desplazarse en un corto tiempo al sitio en el que se encontraban los menores. El cabo Cachala respondió que para un civil sería difícil el desplazamiento, pero para un militar no.
Enfatizó que los militares tienen prohibido tener novia en las zonas de operación. Según Muñoz, tuvo relaciones consentidas con las víctimas y jamás las atacó. Los uniformados ratificaron que en ambos casos Muñoz fue quien atendió a los familiares de las víctimas, cuando llegaron a presentar las denuncias.
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